Con el mundo a tus pies De suaves plumas fantasiosas, Con las miradas perdidas, El vértigo entre mantas, La palabra firme Los labios dulces y húmedos, Cruzas la calzada De una vida larga. Y buscas tras escollos Una rápida salida, Crías sueños, Viertes auras, En un cántaro imperfecto Que en tus manos se agiganta. Es la sed de humanidades Que se calma, Es el hambre de aquel niño Que creció allende las pampas, Con una triste mirada vespertina Que se clava entre textos Que vulneran almas. Vuela infante Agraciada tempestad Que en un pecho te desangras, Toma el beso de ése chiquillo Golosina dulce y calma
Que en su boca se desata
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